Curiosidades, costumbres y rarezas de la Navidad que, a lo mejor, no sabías

Feliz Navidad © Javier Prieto Gallego
Feliz Navidad © Javier Prieto Gallego
Aunque parezca que la Navidad siempre ha sido así, resulta que no. Los ritos, costumbres y tradiciones que tienen que ver con ella se han venido sumando a lo largo de los siglos por muy diferentes razones. Aquí he reunido algunas curiosidades que, a lo mejor, no sabías. También te explico el significado de otras que puede que te sorprendan.

CUENTOS DE NAVIDAD

Curiosidades, costumbres y rarezas de unas fiestas llenas de magia y entrañables ritos

© Texto: JAVIER PRIETO GALLEGO

La Navidad es ese rincón entrañable del calendario donde todo cobra un sentido especial: el encuentro con un amigo, la búsqueda de un regalo, la decoración de la casa, el menú concreto para una noche determinada, todo parece estar escrito de antemano, todo parece establecido desde siempre, año tras año los gestos se repiten sucediéndose como si no pudieran realizarse de otra forma.
Y, sin embargo, no es así. La Navidad, tal como se viene a celebrar hoy, toma su forma a lo largo del siglo XIX. Detrás de cada costumbre, de cada gesto, hay una historia, una primera vez, un porqué que no siempre se conoce. Éstas son algunas de esas historias y curiosidades, retazos de una tradición que sirven para pintar la Navidad del mismo color que los cuentos.

01 Acebo. Fue la planta elegida por la Iglesia católica para desterrar el hábito pagano de convocar a la buena suerte mediante la colocación de ramas de muérdago, propia de pueblos bárbaros como los celtas. El origen del uso del acebo con este fin parece estar en las islas Británicas, en torno a los siglos VII y VIII, aunque su utilización masiva como augurio de fortuna se produce desde mediados del XIX. La Iglesia impulsó esta sustitución argumentando que las hojas de acebo, con sus púas, ayudaban a recordar las espinas de las corona de Cristo mientras que sus bayas rojas eran la imagen perfecta de su sangre sacrificada. El acebo, dada su escasez en la Península, se encuentra protegido y su corta indiscriminada completamente prohibida. En su lugar, y en una vuelta al origen de la tradición, se recomienda la utilización del muérdago para este uso, mucho más abundante en la naturaleza.

Los llamativos frutos del acebo sirven de alimento a muchos animales del bosque. Acebal de Prádena. Localidad de Prádena. Segovia. Castilla y León. España. ©Javier Prieto Gallego
Los llamativos frutos del acebo sirven de alimento a muchos animales del bosque. Acebal de Prádena. Localidad de Prádena. Segovia. Castilla y León. España. ©Javier Prieto Gallego

02 Adornos del árbol de Navidad. En los primeros años, el árbol sólo se decoraba con dulces o frutas, manzanas sobre todo. La costumbre de colgar bolas de colores y adornos se extiende a partir del siglo XVIII, gracias a la labor desarrollada por los sopladores de vidrio de Bohemia, que ponen en marcha los primeros talleres dedicados a la elaboración de estos adornos.
Árbol de Navidad. Es uno de los símbolos más evidentes de estas fiestas. La costumbre de instalar un árbol adornado en el hogar o en espacios públicos es muy remota y se relaciona con las tradiciones paganas que rendían culto a determinados árboles, tejos o robles, sobre todo, por considerarlos símbolos de la fecundidad o inmortalidad. A partir del siglo VIII, San Bonifacio, arzobispo de Maguncia, impulsa la sustitución de tradiciones paganas por otras más acordes con la doctrina cristiana, incluyendo la sustitución del roble como árbol de la fecundidad por el abeto y el pino. Una justificación teológica explicaba cómo la forma triangular de su copa representaba a la Santísima Trinidad. El primer abeto convertido en parte de la tradición navideña cristiana fue cortado en Alemania a mediados del siglo VIII.

03 Belén. La primera escenificación del nacimiento de Jesús con figurillas se le atribuye San Francisco de Asís. Tras su muerte, esta costumbre fue recogida y fomentada por Santa Clara. En términos generales se acepta que fue el rey Carlos III quien introdujo, con mucha fortuna, la tradición belenística en España a mediados del siglo XVIII.

04 ‘Christmas’. Aunque la idea de desearse ventura y buena racha en fechas señaladas se practicaba ya entre los romanos, se atribuye, aunque con ciertas reservas, la realización del primer ‘christma’ impreso a sir Henry Cole, en la Navidad de 1843. Ante la imposibilidad de enviar una carta personal a cada uno de sus amigos, decidió mandar imprimir la frase: «Merry Christmas and a Happy New Year», en unas tarjetas que coloreó después a mano. En España, la primera felicitación navideña fue la que realizaron y distribuyeron los repartidores del Diario de Barcelona, junto con el periódico, en las Navidades de 1831.

Iluminación navideña en el Ayuntamiento de Valladolid para conmemorar el 100 aniversario de su construcción. Caseta en la que atiende a los niños un paje de los Reyes magos. Plaza Mayor. Navidad del año 2008-2009. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Caseta en la que atiende a los niños un paje de los Reyes magos. Plaza Mayor. Navidad del año 2008-2009. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

05 Estrella de Belén. Según la tradición cristiana, guió a los Magos de oriente hacia el lugar donde había nacido Jesús. En realidad sólo se hace mención de ella en el evangelio de San Mateo. La creencia de que determinados fenómenos estelares aventuraban presagios o acontecimientos especiales siempre estuvo fuertemente arraigada en muchas culturas precristianas. En Egipto, la aparición de la estrella más brillante, Sirio, señalaba las crecidas del Nilo. La tradición budista china relata que un fuerte resplandor en el cielo anunció la concepción de Buda. Y desde siempre se creyó que la aparición en el firmamento de cometas, estrellas fugaces y eclipses iba acompañada de grandes acontecimientos, tanto de buen como de mal signo. Algunos científicos modernos han relacionado a la estrella de Belén con el cometa Halley, visible de distintas zonas de la Tierra alrededor del año 11 a.C. El astrónomo alemán Johannes Kepler en 1606 apuntó que la estrella de Belén tal vez se tratara de la triple conjunción de la Tierra, Júpiter y Saturno, con el sol pasando por Piscis, visible desde Oriente Próximo en el año 7 a.C. como un extraordinario y único objeto brillante en el firmamento. El fenómeno volvió a repetirse en 1940 y podrá observarse de nuevo en el año 2198.

06 Lotería de Navidad. El primer sorteo de lotería navideña se realizó el 23 de diciembre de 1799, inspirado en el juego de la ‘lotto’ napolitana. El primer sorteo de Navidad seguido por el procedimiento de la Lotería Moderna, casi idéntico al actual, se celebró el 18 de diciembre de 1812, con el fin de recaudar fondos con los que hacer frente al desastre económico que suponía la Guerra de la Independencia. El billete se vendió a 10 pesetas y el gordo fue de 40.000 pesetas.

07 Mercadillos. Los de Navidad tienen un sabor especial. Además, es ésta la época del año en la que se realizan un mayor número de ellos con finalidades benéficas. El más antiguo de Europa se realiza en la plaza del Ayuntamiento de Viena desde 1278. Ya en aquella época se vendían pasteles de Navidad y dulces con figuras del Niño Jesús.

08 Muérdago. La auténtica planta de la ‘buena suerte’. Es evidente el origen pagano de esta planta semiparásita con propiedades medicinales, mediante la que hoy en día se sigue convocando a la buena suerte. Ya Plinio reseñaba que los celtas y sus druidas la veneraban como si fuera un infalibe amuleto. Por eso el muérdago se cuelga en los marcos de las puertas de las casas, sobre las ventanas o en el techo de algunas habitaciones. La mujer soltera que recibe un beso bajo una ramita de muérdago se casará al año siguiente. Y si está casada, se quedará embarazada. La costumbre de adornar las casas con muérdago se extendió en España a partir del primer cuarto del siglo XX.

09 Navidad. Los primeros cristianos conmemoraban la muerte y pasión de Cristo, pero no la fecha de su nacimiento, de la que nada se sabía. Además, celebrar nacimientos se consideraba una costumbre pagana. Finalmente, en el siglo IV se estableció por primera vez celebrar el nacimiento de Cristo el 25 de diciembre, con la intención de solapar las fiestas del solsticio de invierno que los romanos, en aquel siglo, todavía seguían celebrando.

10 «Noche de Paz». Es el villancico más popular. Fue compuesto en la Navidad de 1818 en Oberndorf, Austria, por un cura y un músico aficionado.
Papa Noël. La tradición de este personaje legendario francés, entronca directamente con la de San Nicolás y Santa Claus. Su antecedente más directo es un personaje popular conocido como ‘Bonhomme Noël’ (Buen Hombre de Navidad). A finales del siglo XIX, debido al ímpetu que había alcanzado la iconografía de Santa Claus en Inglaterra y Norteamérica, éste traspasó sus atributos e imagen a la del Papa Noël francés.

11 La tumba de los pastores de Belén. Dice la tradición que fue en el poblado de Beith-Sahur, 3 kilómetros al este de Belén, donde un ángel anunció a tres pastores el nacimiento de Jesús. Esa misma tradición asegura que los restos de aquellos tres pastores -Jacobo, Isacio y Josef-, los primeros en llegar hasta el niño recién nacido, arribaron a la localidad en tiempos de la repoblación traídos por algún caballero que habría participado en la Cruzadas y de cuya existencia en Ledesma parece haber constancia  a lo largo de la Edad Media. El cofre desapareció en el transcurso de la historia hasta que unas reformas en la iglesia de San Pedro, de esta localidad salmantina, lo sacaron a la luz en 1965.


LA TUMBA DE SANTA CLAUS

En 1994 unos arqueólogos que trabajaban en la pequeña isla mediterránea de Genile, en la costa de Turquía, anunciaron un asombroso descubrimiento: habían desenterrado, sin pretenderlo, la tumba de Santa Claus. Las investigaciones, que en principio trataban de aclarar un supuesto desastre ambiental ocurrido hace siglos en la zona, dedujeron, por los indicios descubiertos, que esta isla se había convertido, hace 1.600 años, en un activo foco de peregrinaje, alentado por el deseo de llegar hasta la tumba de San Nicolás, obispo bizantino del siglo IV, precedente del actual Santa Claus. En la isla se localizaron cinco iglesias, de entre los siglos IV y VI, 40 edificios eclesiásticos, numerosas tumbas cristianas, evidentes rastros de peregrinación. La tumba de San Nicolás se localizó en el interior de una iglesia rupestre, excavada en la montaña más alta.


12 Pastoradas. La inmediata identificación cultural producida entre el pueblo llano y la imaginería con la que se representaba el momento de la adoración de los pastores ante el portal de Belén, hizo que desde la Edad Media las representaciones teatrales conocidas como Autos de Pastores, ‘pastoradas’ o ‘corderadas’ -por realizarse la entrega de un cordero en el momento de la adoración- fueran muy populares en toda Europa y también en numerosos pueblos de Castilla y León. La representación tenía, y todavía tiene lugar en algunas casos, tras la misa del Gallo.
Unicef. Tal vez sean las felicitaciones navideñas más conocidas. Comenzaron a realizarse en 1949. A España llegaron en 1959.

13 San Nicolás. Fue un obispo bizantino que vivió en el siglo IV, cuya enorme generosidad le llevó a donar todos sus bienes y a hacerse monje, mostrando una gran sensibilidad hacia el sufrimiento de los niños. Su fama de milagrero lo convirtió en uno de los santos más queridos de la Edad Media. La tradición, enormemente distorsionada hoy en día, dictaba que era él quien, vestido de obispo, y no con la indumentaria con la que se le identifica en la actualidad, llegaba a lomos de un burro -no en trineo- para dejar sus regalos a los niños durante la noche del 5 al 6 de diciembre, festividad de San Nicolás.

14 Santa Claus. Personaje inspirado directamente en la figura de San Nicolás pero cuya imagen en la actualidad nada tiene que ver con su papel en la tradición. La gran devoción que sentían los inmigrantes holandeses por San Nicolás, hizo que también llegara con ellos hasta Nueva York a principios del siglo de XIX. Adoptado allí con entusiasmo como santo protector por los americanos de origen inglés, el ‘Sinter Klaas’ de los holandeses evolucionó así su nombre al ‘Santa Claus’ de ahora. La imagen y el atuendo con el que se le identifica en la actualidad, un anciano bonachón, pícaro y orondo, vestido con traje rojo y ribetes blancos, debe su enorme fuerza al éxito con el que la empresa Coca-Cola lanzó su campaña publicitaria de Navidad en 1930. En ese año la empresa de bebidas se sirvió de la enorme popularidad de la que gozaba Santa Claus en Norteamérica para representarlo en sus carteles, pero graciosamente vestido con los colores de la empresa, el rojo y el blanco, logrando un gran impacto visual. La imagen de aquel Santa Claus publicitario, que forma parte ya de la iconografía universal, se debe al pintor norteamericano Habdon Sundblom, que se utilizó a sí mismo como modelo y a sus nietos como los niños que le rodean en los carteles que la empresa continuó realizando en todas sus campañas navideñas.


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