I Campeonato de Cetrería del Norte de España (León)

Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Por encargo del periódico EL NORTE DE CASTILLA, el 11 de noviembre de 1995 acudí a realizar este reportaje sobre la muestra más completa de cetrería que había tenido lugar hasta entonces en España. Una oportunidad única de contemplar de cerca las maneras de un arte de caza que ha recibido, en el año 2010, la distinción de Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad por parte de la UNESCO.

LA FIESTA DE LOS CETREROS

El pasado fin de semana tuvo lugar en Castrillo de los Polvazares la muestra más completa del arte de la cetrería celebrada hasta ahora en nuestro país

© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

Este reportaje apareció publicado en las páginas del suplemento OXIGENO del periódico EL NORTE DE CASTILLA el sábado 18 de noviembre de 1995.

Los primeros copos de nieve caídos en las faldas del Teleno fueron testigos del aleteo poderoso de las águilas, del nervioso cabeceo de los halcones, de la pose señorial de los cetreros. En una de las campas que rodean Castrillo de los Polvazares, a 15 kilómetros de Astorga y en pleno Camino de Santiago, se levantó el campamento improvisado de estos señores de la Edad Media que acudieron con sus ejemplares para competir y exhibir el bello vuelo de sus animales. Fueron más de cincuenta y llegaron de toda España, de algunos países de Europa y de norteamérica para celebrar el I Campeonato de Cetrería del Norte de España, una modalidad deportiva hasta ahora oscura y muy poco conocida.

A todos ellos les une una pasión que para muchos llega a convertirse en obsesión: el arte de la cetrería, la técnica de lograr una compenetración perfecta entre el hombre y el pájaro. A ello dedican prácticamente todo su tiempo disponible y gran parte de su dinero. «Al precio de un halcón, que puede llegar hasta las trescientas mil pesetas [1.803 €], hay que sumarle el paseo diario por el campo, la sesión de caza para que el pájaro depure su propia técnica, la confección o compra de los aperos que el pájaro necesita para sus adiestramiento, el espacio necesario para poder tenerlo, la alimentación, un lugar para el baño… Desde luego es una afición muy difícil de mantener», asegura uno de los cetreros mientras se prepara para lanzar al aire un nervioso ejemplar de halcón peregrino.

Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Y por si fuera poco, a esto habrá que sumarle la necesidad de ajustarse a la variopinta legislación vigente en cada una de las Comunidades Autónomas en lo que se refiere a la documentación necesaria que acredite el origen legítimo de las aves, que su propietario se responsabiliza de sus cuidados o que cumple requisitos sanitarios. Todo un cúmulo de barreras a las que habría que añadir el carácter algo reservado de los propios cetreros. Así opina José Alberto Cuesta, un cetrero de Cantabria que lleva 15 años, la mitad de su vida, relacionándose con estas rapaces: «Aunque ya se da cada vez menos, lo cierto es que a los cetreros nunca les ha gustado que nadie sepa de su actividad. Tal vez porque en determinadas épocas han sido muy atacados o porque nunca ha sido bien visto este deporte. Pero ahora la cosa está cambiando». Y recomienda que quien sienta deseos auténticos de conocer en qué consiste realmente el arte de domesticar el vuelo salvaje de estas aves, se ponga siempre en contacto con cetreros expertos que le enseñen el camino que se ha de seguir, «porque del desconocimiento vienen muchos problemas», asegura José Alberto, «una pequeña enfermedad, fácil de curar, puede acabar con la vida del animal si no se tiene cuidado».

Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Cría en cautividad

Entusiasmados por el desarrollo de los vuelos que se están produciendo en la campa de Castrillo, insisten en hacer ver que no son precisamente los cetreros los que han llevado a muchas de estas especies al borde de la extinción: «Todos los ejemplares que están ustedes viendo proceden de la cría en cautividad», se escucha repetidamente por los altavoces. Y así lo confirman cuando lo preguntas, ahora los ejemplares para la cetrería ya no se capturan en los nidos, se compran en los centros de cría en cautividad, «¿por qué entonces tanto recelo hacia la gente que tenemos azores o águilas o halcones», dejan caer la pregunta.

Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Un azor (accipiter gentilis) en el I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Aunque la lluvia ha estado a punto de dar al traste con este intento de hacer resurgir una práctica que se remonta a lo más profundo de la Edad Media, sus organizadores están plenamente satisfechos: «Pensamos repetir el próximo año, más y mejor», asegura Julio Cesar Pérez, presidente del Círculo Castellano y Leonés de Cetrería mientras observa el picado vertiginoso, a más de trescientos kilómetros por hora, de un halcón que cae sobre una de las capturas, del animal más veloz de todas las criaturas vivientes.


EL VIEJO Y NOBLE ARTE DE LA CETRERIA

Hablar de cetrería es para muchos hablar de una vieja tradición que se pierde en la noche de los tiempos. De hecho, existe documentación que remonta la caza con ave rapaz a las grandes llanuras de China, 2.000 años antes de Cristo. Por su parte, el origen de la cetrería occidental procede, según Félix Rodríguez de la Fuente -uno de los mayores pioneros de la cetrería moderna en España- de los cetreros árabes que invadieron nuestra península allá por el siglo VIII. Desde aquel momento hasta nuestros días, la técnica de domesticar rapaces para la caza ha pasado de ser el noble arte de reyes y señores que alzaban sus halcones a la sombra de los castillos, a constituirse en la técnica más eficaz para luchar contra el gravísimo peligro que suponen las bandadas de pájaros en los aeropuertos de todo el mundo.

El vuelo regular de los halcones sobre las pistas de un aeropuerto es la señal inequívoca para el resto de las especies de que lo mejor es alejarse de allí. El cetrero con su ave moviéndose sobre las pistas de cemento no tienen ninguna dificultad en lograr lo que la tecnología, el ruido o la silueta impresionante de los Yumbos no han podido conseguir hasta ahora: alejar el peligro del choque con un solitario sisón o una bandada estridente de gaviotas, indiferentes al ir y venir de los mastodontes del aire.

Más información sobre cetrería en Castilla y León:  Club deportivo Bahari de Cetrería y Aves de Presa.


Publicación original en EL NORTE DE CASTILLA

Reportaje sobre I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Publicado en el periódico EL NORTE DE CASTILLA el 18 de noviembre de 1995 © Javier Prieto Gallego
Reportaje sobre I Campeonato de Cetrería del Norte de España. Castrillo de los Polvazares. León. Publicado en el periódico EL NORTE DE CASTILLA el 18 de noviembre de 1995 © Javier Prieto Gallego

More from Javier Prieto Gallego
Cómo visitar el Pozo de los Humos (Salamanca)
El Pozo de los Humos, en las Arribes salmantinas, es el salto...
Read More
Leave a comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *