Jardines para disfrutar en otoño

Uno de los jarrones que adornan el Parterre de la Fama. La Granja de San Ildefonso. Segovia. España. © Javier Prieto Gallego
Uno de los jarrones que adornan el Parterre de la Fama. La Granja de San Ildefonso. Segovia. España. © Javier Prieto Gallego
El otoño es el tiempo de las setas, de los paraguas, de los chubascos dispersos y de los hayedos. Pero también lo es de algunos jardines. Especialmente de aquellos que tienen en la fronda boscosa su punto fuerte. Aquí te presento tres de ellos.

Jardines de lujo para disfrutar los mejores colores de la estación

© Texto y fotografías: JAVIER PRIETO GALLEGO

No todo en un jardín es parterre y macizo floral. Algunos de ellos, los más grandes, incluso fueron concebidos como pequeños bosques en miniatura, ordenados sobre el suelo con la intención de evocar ambientes –mediterráneos, atlánticos, mixtos- o de coleccionar especies extrañas al lugar que, de otra forma no se podrían disfrutar. Algunos fueron el capricho de reyes, de aristócratas de gusto refinado, pudientes enamorados de la botánica o de alcaldes visionarios. Y es ahora cuando la combinación de las diferentes especies caducas de árboles orquesta su mejor partitura. Así, a medida que a cada una le va llegando el momento de la muda, el color intenso de las hojas verdes va dando paso al amarillo chillón y después a los ocres y al marrón. Según la especie, cada una en su momento, van componiendo entre todas un tapiz que varía, durante unas pocas semanas, de día en día.

01. LOS JARDINES DE LA GRANJA.

Son, sin lugar a dudas, los más aristocráticos de Castilla y León. También uno de los lugares de toda su geografía en la que se vive el otoño con mayor explosión de colores. Todo ello debido al amplio repertorio de especies arbóreas y arbustivas que componen el entorno ajardinado que rodea el palacio real de La Granja de San Ildefonso, una auténtica sorpresa de dimensiones mayúsculas para quien piensa que estos jardines son sólo una colección de estatuas mitológicas, parterres y jarrones de escayola. Muy al contrario, el entorno del palacio fue pensado desde el principio como un lugar de paseo y esparcimiento real propicio también para el contacto con la naturaleza más asilvestrada. Por eso, la opción más recomendable es la de llegar hasta el final de la zona ajardinada y tomar el llamado Camino de Circunvalación que recorre la zona alta a través del bosque y en paralelo a la tapia que acota el recinto real.

Estatua junto al Bosquete de La Selva. Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Segovia. España. © Javier Prieto Gallego
Estatua junto al Bosquete de La Selva. Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Segovia. España. © Javier Prieto Gallego

Una de las formas de alcanzar este camino es partir de la zona central de la fachada del palacio que mira a los jardines para ascender por la avenida de la Cascada. Más arriba la fuente de Apolo, los Dragones de la Media Luna y la fuente de Andrómeda van acercando hasta el Mar, el gran estanque navegable que alimenta con la fuerza de la gravedad las 26 fuentes ornamentales del jardín permitiendo que en alguna de ellas, como en la fuente de La Fama, el agua alcance hasta los 40 metros de altura. El estanque aparece rodeado de amplios paseos bien servidos de venerables plátanos y castaños, el árbol que, junto a las hayas, mejor representa el esplendor colorista de los bosques otoñales. Si se camina por las avenidas hacia la izquierda se enlaza con el sendero que rodea la zona más asilvestrada del recinto, corriendo en paralelo a la tapia superior de los jardines. Si se hace en el sentido de las agujas del reloj devuelve en unos veinte minutos a la linde superior de la zona ajardinada, a la vista de la Fuente del Canastillo y, más abajo aún, la plaza de las Ocho Calles.

Estatua qye adorna el paseo de La Cascada. Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Segovia. España © Javier Prieto Gallego
Estatua qye adorna el paseo de La Cascada. Jardines del Palacio Real de La Granja de San Ildefonso. Segovia. España © Javier Prieto Gallego

Ya de vuelta al área ordenada de los jardines las manifestaciones del otoño continúan siendo tan esplendorosas como la variedad de árboles y arbustos de hoja caduca que se encuentran por todos los rincones. Uno de estos rincones mágicos es el que ocupa el Laberinto, un rectángulo de 27.000 metros cuadrados que se conserva tal como fue diseñado en 1713 para crear en los reyes la sensación de que era posible alejarse del mundo sin ir más allá del jardín de casa. Hay 2.500 metros de recorrido por un interior cuyos callejones con y sin salida están construidos con setos de carpe y haya, árboles caducifolios que aquí parecen arder en ascuas antes de desnudar sus ramas para dejar al descubierto una tramoya que se volverá inútil hasta que la primavera vuelva a tapizar de nuevo los muros vegetales. VISITAS. Los jardines permanecen abiertos ininterrumpidamente de 10,00 a 18,30 horas. La entrada es gratuita. Información telefónica: 921 47 00 19.

02. JARDÍN DE EL BOSQUE.

Uno de los rincones más refinados y señoriales del sur castellano es el que ocupa el jardín histórico-artístico de El Bosque, en los aledaños de la serrana villa salmantina de Béjar: una de las pocas villas de recreo «a la italiana» que se conservan, apenas transformada por el paso de los siglos, en toda la Península. Concebida como lugar de esparcimiento en el que debían combinarse los refinamientos propios de una clase social distinguida, junto a la belleza poderosa de una naturaleza semisalvaje, este jardín histórico se caracteriza por aunar en su interior un conjunto de espacios bien diferenciados. Junto a los terrenos destinados al paseo y al reposo -estanque, fuentes, cenadores…- se trazaron huertas, se plantaron frutales, se conservaron prados para el ganado y, sobre todo, se respetó un buen número de hectáreas del bosque intacto, estableciendo así un bello diálogo surgido de la relación entre la naturaleza domesticada -jardines- y la salvaje -el bosque- conviviendo, para disfrute del hombre, en perfecta armonía.

Fuente de los ocho caños. Jardín romántico de El Bosque. Localidad de Béjar. Sierra de Béjar. Salamanca. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego
Fuente de los ocho caños. Jardín romántico de El Bosque. Localidad de Béjar. Sierra de Béjar. Salamanca. Castilla y León. España.© Javier Prieto Gallego

De nuevo los castaños ofrecen en un paseo por el jardín la mejor sinfonía de colores otoñales mientras se rodea el estanque, uno de los principales atractivos del coto, gigantesco para la época -4.557 m2-, y alrededor del cual se encuentran rincones como el de la fuente barroca de La Sábana; un pequeño cenador en la mitad del lado este que debió destinarse a veladas poéticas; una rotonda empedrada en la otra esquina; y el encantador rincón donde se alza la Fuente de los Ocho Caños, melancólico mirador de banco corrido sobre el palacio y la isla central. Hacia el oeste, en un aterrazamiento inferior, está el jardín que en el siglo pasado perdiera su configuración renacentista para convertirse en un dédalo irregular y sombrío en el que destaca la impresionante sequoia central. VISITAS. Tras un periodo de remodelaciones, los jardines están a punto de ser nuevamente abiertos al público. Oficina de turismo de Béjar: 923 40 30 05. www.aytobejar.com

03. EL CAMPO GRANDE.

Vallad0lid no sería lo que es sin su Pisuerga o su Campo Grande. Sus 93.000 metros cuadrados albergan una importante mancha forestal formada por una amplia variedad de especies, la mayoría de hoja caduca. Por eso al llegar el otoño, y antes de que las nieblas creen la ilusión de que el canto de los pavos reales es la sirena de aviso de buques perdidos en el mar, los árboles del Campo Grande ofrecen su particular repertorio de colores otoñales.

Campo Grande en otoño. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Campo Grande en otoño. Valladolid. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Este espacio nació a finales del siglo XVIII como un gran plantío a las afueras de la ciudad para que diera la bienvenida a quienes llegaban a ella procedentes de Madrid. Sin embargo, un siglo más tarde, en 1879, es cuando comienza a tomar la forma del jardín romántico que es hoy. Sus caminos y avenidas, veladas por una espesa fronda que refresca los apretados calores del agosto vallisoletano, enredan un paseo que lleva hasta emblemáticos rincones como el de su estanque o su fuente de La Fama.


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Sintra. Portugal. ©Javier Prieto Gallego
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2 Comments

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  1. says: R.Sancho Sanz

    Enhorabuena Javìer por tu BLOG y los interesantes artículos y reportajes que escribes en él.
    Precisamente el pasado 1 de este mes, viniendo de jugar Golf, en Isla 2 aguas <Palencía<, te escuché por la radio del coche, donde relatabas tus propuestas de "excursiones por estas bonitas y paisajisticas tierras de Castilla" y sus centenarios arboles; y la verdad que me hizo ilusión escuchar por vez primera tu voz y "tu decir". La voz de un amigo ilustre. Un efusivo saludo y adelante.