PODCAST: Miranda del Castañar (Sierra de Francia, Salamanca)

Cinco nuevas localidades de Castilla y León se suman a la lista de Pueblos Más Bonitos de España. Hacemos un repaso de ellos y nos centramos en cómo realizar una visita a Miranda del Castañar (Salamanca), en plena Sierra de Francia. PISTAS es una colaboración del blog de viajes SIEMPRE DE PASO en el programa «Aquí en la Onda» de Onda Cero Castilla y León. No dejes de consultar lo que sobre esta propuesta he publicado en el blog: https://www.siempredepaso.es/que-ver-en-miranda-del-castanar-salamanca/

Miranda del Castañar es una de esas localidades que resulta tan bonita cuando la vemos de lejos como luego cuando paseamos por su interior. No en vano forma parte también del club de Conjuntos Históricos de la provincia de Salamanca y luce uno de sus recintos fortificados más notables.

Una gran parte del encanto de esta localidad viene, precisamente, de haber conservado casi intacto no solamente todo su recinto fortificado si no también todo el apretado casco urbano que se guarda tras él. Como suele suceder en estos casos, después de tantos siglos de historia tras las murallas, lo que encontramos es un trazado urbano que, en el fondo, es casi casi como un pequeño laberinto de estrechas callejas y callejones. Estamos hablando de una muralla que tiene 631 metros de perímetro y de la que sobresale con una enorme potencia visto desde lejos el torreón de su castillo.

Esta fortaleza es obra, sobre todo, de don Pedro de Zúñiga que en 1451 decide afianzar la propiedad de todas sus posesiones en la Sierra de Francia y, para espantar ambiciones ajenas, eleva el castillo donde está sobre una fortaleza que ya existía con anterioridad. En 1457 recibe de Enrique IV el título de conde y a partir de ese momento la localidad, con el conde a la cabeza, va a ejercer un papel protagonista en el desarrollo de la comarca y de muchas poblaciones aledañas hasta el punto de que su condición de capital de la Sierra de Francia se prolongó hasta mediado el siglo XIX. Por eso no es extraño que por entre sus apretadas calles abunden tanto los escudos nobiliarios: la condición de capital condal de un territorio con tantas posibilidades de generar riqueza propició el asentamiento en ella de caballeros y linajes cuyas armas en piedra vamos a ver en las fachadas de muchas casas.

Empezamos el paseo a los pies mismos del castillo, en lo que fuera su plaza de armas, un espacio que ha ejercido a lo largo de la historia funciones como la de servir de escenario para celebrar torneos y festejos. Entre estos festejos estarían también los festejos taurinos, hasta el punto de que está documentado en ella la realización de fiestas con toros en el siglo XVI. Y esto quiere decir que junto a plaza de Béjar podría ser una de las dos plazas de toros más antiguas de las que se tenga noticia en España.

Junto a él está la alhóndiga: un histórico granero construido en 1585 desde el que se administraba el suministro y comercio del trigo y que hoy acoge las dependencias del Ayuntamiento. Junto a este edificio queda la puerta de San Ginés, uno de los cuatro accesos históricos abiertos en la muralla. Esta es la principal y se abre a un pequeño corro hasta el que llega uno de los extremos de la calle Larga o Derecha, que es también la vía que vertebra, a su vez, el tránsito por el interior del casco urbano. Un casco urbano apretado, como decíamos, pero con un montón de rincones que conservan el sabor tradicional de la arquitectura serrana.

El mayor espacio abierto que vamos a encontrar intramuros es el que preside el templo de Santiago y San Ginés de Arlés. Frente a la iglesia se levanta exenta la torre de las Campanas, del siglo XVII. A este singular espacio se asoman también otros edificios de interés, como el de la Cárcel Real, en una de sus esquinas. O la casa del Peso. Un callejón por detrás de la iglesia conduce hasta otra de las puertas de la muralla, que es la puerta del Postigo.

En el callejeo por la localidad es obligado alcanzar el conocido como Rincón de los Tigres, un requiebro lleno de encanto pegado al lienzo norte de la muralla. Cerca queda la puerta de la Villa y el camino de ronda que por este lado permitía el recorrido junto a ella. Hoy este camino de ronda lo vemos en un tramo de pequeños pasadizos formados por el apoyo de algunas viviendas directamente sobre la muralla.

Otro de esos rincones que pueden pasar desapercibidos y que merece la pena buscar en la parte baja del pueblo, junto a la carretera, son Las Fuentes Grandes, un complejo hidráulico realizado en el siglo XVI que está formado por tres manantiales.

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