Consejos para senderistas

Senderistas veteranos consultan el mapa en una ruta de senderismo © Javier Prieto Gallego
Senderistas veteranos consultan el mapa en una ruta de senderismo © Javier Prieto Gallego
Senderismo sin traspiés. El senderismo es una práctica en auge que, como todo, requiere realizarse con algunas precauciones. Te cuento aquí algunas cosas sobre senderismo y te doy diez consejos básicos para evitar percances. ¿Cuáles serían los tuyos?

El senderismo, una práctica en auge para disfrutar del medio ambiente

© Texto y fotografías: Javier Prieto Gallego

No hay mucho que explicar acerca de la práctica de recorrer caminos. Es algo que el hombre lleva haciendo desde que apareció sobre la faz de la Tierra. Lo nuevo, tal vez, es que desde que el ocio se ganó un espacio en el estilo de vida del hombre moderno, ahora lo hace por placer. Y cada vez con mayor intensidad.

La afición a recorrer caminos como una forma de practicar deporte y disfrutar del ocio llegó a España en torno a los años 80 del siglo XX. Mucho después de que fuera una práctica común en otros países de nuestro entorno. Y con ella llegó también el trabajo de la Federación Española de Montañismo y Escalada (FEDME) por comenzar a tejer una red de senderos señalizados homologados que pusieran casi al alcance de cualquiera la posibilidad de realizar itinerarios pedestres por lugares desconocidos. De pronto, muchos descubrieron que a la puerta de casa tenían tesoros de los que ni siquiera habían oído hablar. Y para disfrutarlos bastaban unas botas y una mochila.

Castro celta de Ulaca con el pico Zapatero de fondo. Ávila. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Castro celta de Ulaca con el pico Zapatero de fondo. Ávila. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

En el auge de esta afición, que en las últimas décadas ha visto multiplicarse tanto el número de practicantes como el de clubes o asociaciones dedicados a fomentarla, han influido numerosos factores. Entre ellos destaca la percepción de encontrarse ante una actividad saludable. Especialmente si se realiza, además de con las debidas normas de seguridad, de forma que se adapte a la edad y condición física de los practicantes. Su gran virtud es que cada cual escoge hasta dónde quiere o puede llegar.

Los especialistas en salud subrayan que, en términos generales, la práctica del senderismo propicia un ejercicio de intensidad moderada que mejora la respuesta del corazón al esfuerzo, dado que aumenta las cavidades del corazón y, por tanto, la cantidad de sangre que mueve por todo el cuerpo transportando oxígeno y sustancias nutritivas. En definitiva, activa y estimula las funciones corporales y, al igual que otras prácticas deportivas, genera endorfinas que propician sensación de bienestar. Activa la musculatura sin forzarla y oxigena el cerebro hasta el punto de que hay quien señala que caminar es la mejor forma de tener buenas ideas. Y dado que la práctica del senderismo se realiza casi siempre en grupo y de forma no competitiva podría decirse que también estimula las relaciones sociales hasta el punto de que esto, compartir con amigos la experiencia del senderismo, es lo que más «engancha».

 

Parque Natural de Arribes del Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego
Parque Natural de Arribes del Duero. Zamora. Castilla y León. España. © Javier Prieto Gallego

Además de la popularización que en las últimas décadas ha tenido la realización a pie del Camino de Santiago, que para muchos ha supuesto un auténtico -y a veces traumático- bautismo senderista, otro de los factores que ha influido en la popularización de esta actividad ha sido el aumento del interés por disfrutar de una manera responsable de nuestros entornos naturales protegidos. En este ámbito, el senderismo se ha convertido en la actividad de ocio menos invasiva de cuantas pueden realizarse en el interior de un espacio natural. Al mismo tiempo, y dado el contacto tan íntimo que propicia con la naturaleza, es una de las que mayor satisfacción y poso deja en quienes la practican. De hecho, ya hay estudios científicos que aseguran que el mero contacto con la naturaleza mejora sustancialmente la salud, cosa que el senderismo propicia de manera directa al desarrollarse siempre en entornos rurales y naturales.

Ni que decir tiene que Castilla y León, dada su extensión y el volumen y variedad de espacios naturales que posee, es un auténtico paraíso del que cada fin de semana disfrutan miles de senderistas de toda edad y condición. Los más de 1.500 kilómetros señalizados que discurren a través de sus espacios naturales protegidos dan para todo: desde los pequeños recorridos circulares de pocos kilómetros que pueden realizarse en familia e incluso con niños de cinco o seis años, hasta los itinerarios de gran recorrido pensados para realizar a lo largo de varias jornadas. Todos los espacios naturales protegidos de Castilla y León cuentan con senderos debidamente señalizados y adaptados a los diferentes niveles de experiencia y preparación física. Esta información se facilita desde las respectivas Casas del Parque donde, además, los monitores pueden orientar sobre cuáles son los mejores paseos para cada época del año en concreto o los más adecuados según la edad o forma física de los participantes.

Arroyo de la Hoz. Monumento natural de La Fuentona. Soria. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego
Arroyo de la Hoz. Monumento natural de La Fuentona. Soria. Castilla y León. España © Javier Prieto Gallego

Senderismo sin traspiés

Como cualquier actividad que se realiza al aire libre el senderismo o, lo que es lo mismo, salir a pasear por el campo, no está exenta de riesgos. Cada año se repiten accidentes que, siguiendo algunos consejos básicos, podrían haberse evitado. Estos son algunos de ellos:

01 Nunca en solitario. Una simple torcedura de tobillo puede dejarnos inmovilizados en un camino. Una medida de precaución básica es ir siempre acompañado.

02 Siempre con agua. La deshidratación produce efectos secundarios que pueden llegar a ser muy graves. Entre ellos una desorientación que puede acabar en tragedia. Hay que llevar siempre al menos dos litros por persona y jornada y nunca confiar en que pueda haber fuentes por el camino (pueden estar secas o no ser potables).

03 ¡Ojo al sol! El golpe de calor y la insolación son dos de los percances más graves que pueden acaecernos en un paseo montañero. Y no importa si es verano o invierno: la gorra es otro de los elementos indispensables que no debemos dejar nunca en casa. En verano nos protegerá eficazmente del sol evitando una deshidratación excesiva o quemaduras en la piel en algunas de las zonas más sensibles del cuerpo, como es la cabeza, la frente o el cuello. En invierno resulta de gran ayuda para mantener la temperatura corporal, si hace frío, o protegernos de la lluvia ante un inesperado chaparrón. El sol, sobre todo en zonas de media y alta montaña, es también muy dañino para nuestros ojos. Unas gafas de sol con protección de rayos ultravioletas se vuelven también imprescindibles.

04 Buen calzado. Muchos accidentes y contratiempos se producen por un calzado inadecuado. Una pequeña rampa arenosa con una suela lisa se convierte en un tobogán. Es preciso contar con calzado específico para senderismo. Y si sujeta el tobillo, mejor que mejor.

05 Equipo adecuado. Además de algo con lo que cubrirse la cabeza, un buen calzado, bastones y una mochila en la que llevar ropa de abrigo. Nada de bolsas en las manos.

06 Que no falten fuerzas. Un error de principiante es parar a comer al mediodía. En montaña hay que ir reponiendo fuerzas a medida que se gastan. Es decir, hacer paradas cortas y alimentarse sobre la marcha con frutas y alimentos energéticos.

07 Información. Por muy señalizado que esté un sendero, nunca hay que emprender un paseo sin reunir antes toda la información posible sobre el recorrido (mapas, guías, tracks de gps…): pueden faltar señales o pasarnos inadvertidas.

08 112. El teléfono móvil con la batería cargada es de mucha ayuda en caso de accidente. También para consultar mapas o aplicaciones. Si se usa con aplicaciones es una buena práctica llevar una batería de repuesto para usarla solo en caso de emergencia: tel. 112.

09 El tiempo. Hay excursiones sencillas que se complican muchísimo cuando caen cuatro gotas. Por ejemplo, las que discurren por terreno pedregoso se vuelven resbaladizas cuando llueve. Cuenta siempre con el pronóstico meteorológico y renuncia si el tiempo no es bueno.

10 Las cuestas, al principio. Planifica los itinerarios para realizar la parte más dura al principio de la jornada.

11 Sentido común. Es decir: adecuar el itinerario a la edad y forma física de los participantes -siempre es mejor quedarse corto que pasarse-, renunciar si no se está seguro del nivel de dificultad, aprender con otras personas más expertas… Y no dejar nada en el campo de lo que hayas llevado, especialmente basura.

 

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No cabe la más mínima duda de que andar es uno de los ejercicios más gratificantes que pueden hacerse -por el mero gusto de hacerlos, quiero decir-. Además de la consideración puramente física, una de sus principales ventajas añadidas sobre otros deportes es que acostumbra a practicarse en grupo y da pie al establecimiento de fuertes lazos sociales con las personas con las que se comparte: lo más reconfortante de cualquier trotada por el campo suele ser el buen rato pasado con los demás. Es lo que tiene la práctica de un deporte no competitivo.

Sin embargo, a menudo se olvida que cualquier actividad por simple que sea conlleva siempre un mínimo de riesgos si no se realiza en la forma debida. Por eso, quizás no esté de más recordar aquí algunas de las normas más básicas que deben tenerse en cuenta en cualquier paseo por el campo. ¡Buen camino!

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